Una de las preguntas recurrentes más fuertes en el fútbol femenino es ‘no rinde’. Se reitera esa idea de que la disciplina no atrae adeptos, pero en la jornada de este miércoles se demostró que no solo “paga”, sino que atrae a miles de personas. Por cuarta vez consecutiva, los dirigidos por Jonatan Giráldez jugarán las semifinales tras los goles de María León, Aitana Bonmatí, Claudia Pina, Alexia Putellas y Graham-Hansen. A partir de las 17:00 horas de Argentina se enfrentarán Wolfsburgo-Arsena y el ganador de la serie será el próximo rival del Barcelona.
Previo al encuentro, el conjunto culé se encargó de promover la presencia de todos los seguidores. El objetivo era batir el récord actual y el listón estaba alto: tenías que atraer a más de 90.185 espectadores que es el número alcanzado en la final del Mundial de 1999 disputada en el Rose Bowl de Pasadena entre Estados Unidos y China, donde los locales ganaron por penales.

Los jugadores del Barcelona tras clasificarse para las semifinales de la Champions League
Dos meses antes del partido, activaron entradas gratuitas para socios mientras que el público en general tuvo que pagar entre 9 y 15 euros. La lluvia y el mal tiempo no impidieron la llegada de los aficionados y la campaña fue un éxito. Además, en las gradas se pudo ver un mosaico a través del cual el club buscaba enviar un mensaje: Más que empoderamiento. El objetivo de seguir luchando por una sociedad más igualitaria se materializó y la iniciativa fue un éxito.