“Seguiremos expresando nuestro descontento en las gradas sin violencia. Estaremos presentes, pero en silencio porque no se merecen algo mejor”, se lee en el comunicado. que los ultras han colgado en las redes.

El comunicado de la COPA.
y aunque De entrada se notó la diferencia respecto a lo ocurrido durante el partido ante el Burdeos, a medida que avanzaba el derrumbe, la protesta pareció extinguirse. O al menos esa es la sensación que se respiraba en el estadio.
Es cierto que en la cabecera donde suele estar este grupo había un hueco y también que no pitó a ninguno de los jugadores cuando la voz del estadio dio la formación inicial del equipo (hubo indiferencia con Messi y Neymar y aplausos multitudinarios a Mbappé), pero cuando el balón entró en el arco el enfado desapareció. Tal vez no específicamente los del bar, pero a nivel general el espíritu de fiesta ha ido creciendo.

El agujero en la cabecera del Parque de los Príncipes.
Eso sí: hay dos protagonistas a los que ni el paro de los ultras les salvó de los abucheos. Uno es el entrenador Mauricio Pochettino, quien los fanáticos comunes definitivamente parecen haber dado el visto bueno. Y el otro es Sergio Ramos, fuertemente pitado cuando salió desde el banquillo en la segunda mitad.