“Es un trabajo muy, muy largo, con mucha capacitación y una situación de pandemia que ha retrasado la llegada de la tecnología al país. Si hubiéramos tenido la oportunidad antes, me habría ahorrado más de un dolor de cabeza -ríe Beligoy, autorreferencial-. Pero los árbitros lo tienen ahora y estamos muy contentos”.alardea mientras recorre el complejo de 1.200 metros cuadrados desde donde ‘encabezará’ el VAR. “Tenemos el mejor edificio VAR del mundo, y lo sé, porque conozco a varios. Además, lo dijeron Infantino (Gianni, presidente de la FIFA) y Collina (Pierluigi, jefe de arbitraje de este organismo), quienes conocen el mapa mundial del VAR. Contamos con 50 árbitros certificados, entre ellos uno de los mejores del mundo, que es Mauro Vigliano. También contamos con Germán Delfino, Facundo Tello, Patricio Loustau y Fernando Espinoza, quienes actúan habitualmente como VAR de Conmebol y FIFA. Estamos muy optimistas, con mucha expectativa y con mucha responsabilidad, de realizar esta actividad que no hace ni más ni menos que dar transparencia al fútbol argentino”.
-¿Qué respuesta obtuviste de los árbitros? ¿Estás contento, convencido?
– Hay ansiedad, eh. Pero les damos todas las herramientas posibles para que entren lo más fuertes posible y con la plena convicción de que están aplicando todo para lo que han sido entrenados en cabina. Formamos parejas, entendemos que fueron los mejores en los dos años de entrenamiento. Otros chicos tendrán que esperar un poco más, otros se irán incorporando poco a poco pero no podemos dejar nada al azar y entendemos que esta es la mejor manera de sacar las cosas adelante.
– ¿Puede el árbitro decidir no ir a revisar aunque el VAR le invite a ir? Que quede claro que el VAR no define, sino que ayuda.